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En una cocina de Norrköping, 1949. La familia Lindquist muele una esponja de celulosa en el molinillo de la cocina. El padre Curt, insatisfecho con los trapos domésticos habituales, se propuso inventar un paño tan absorbente como la esponja. La masa gris verdosa que desplegó se convirtió en el famoso paño de esponja.

Nos encanta preservar las tradiciones y, por ello, seguimos creyendo firmemente en la buena idea de 1949: un paño de cocina absorbente fabricado con algodón reciclado y celulosa sueca procedente de bosques suecos replantados de forma sostenible. Nuestra promesa: paños lavables, duraderos, 100 % biodegradables, libres de químicos y compostables, ¡perfectos para el crecimiento de nuevos árboles! Un producto honesto y limpio en el que puede confiar.