LEKSANDS

La historia de Leksands comenzó con Jakobs Karin, un panadero talentoso que tenía una receta sencilla pero ingeniosa para hacer pan crujiente: centeno de los campos que rodean la granja, agua de su propio manantial, levadura y una pizca de sal. Enseñó a su hija Anna el arte de la repostería, Anna montó una panadería y el resto, como dicen, es historia. Incluso hoy en día, Leksands hornea su pan crujiente según la misma receta.